REZO DEL SANTO ROSARIO

El Rosario – Origen, modo de rezarlo y oraciones

De todas las devociones a la Santísima Virgen María, el Rosario es la más extensamente difundida entre los fieles.

Todo buen católico, amante de la Madre de Dios, debe tener una tierna devoción al rezo del Rosario y obedecer la petición del cielo de rezarlo diariamente.


ORIGEN

En su forma actual, de acuerdo a la tradición, fue popularizado por Santo Domingo, el fundador de la Orden de los Padres Predicadores, para contener la herejía albigense, que por entonces se estaba extendiendo por todas partes del continente europeo.

Este santo divulgó esta devoción para obedecer a una revelación recibida de parte de la Santísima Virgen, a quien había acudido con el mencionado propósito en el año 1206, ya que él habría de encargarse de la propagación de esta devoción, que durante muchos siglos ha producido los resultados más maravillosos en el mundo cristiano. 

CÓMO REZARLO



El Rosario consta de quince decenas; cada decena se compone de un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria.

Ninguna otra oración forma parte del Rosario; todo lo demás que se ha ido añadiendo antes o después de cada decena, proviene de piadosas adiciones.

Por “misterio” se entiende un suceso de la vida de Nuestro Señor Jesucristo o de su Santísima Madre.

Estos Misterios se dividen en tres series de cinco, llamados los Gozosos, los Dolorosos y los Gloriosos.

Se ha vuelto una costumbre recitar solamente la tercera parte del Rosario, esto es, cinco decenas, cada día. En este caso, aún cuando cada uno pueda rezar los Misterios Gozosos, Dolorosos y Gloriosos a su elección, lo habitual es decir los Misterios de Gozo los días lunes y jueves, así como los domingos de Adviento; los Misterios Dolorosos suelen rezarse los martes, viernes y los domingos de Cuaresma; y los Misterios Gloriosos habitualmente se rezan los miércoles, sábados y domingos de Pascua y Pentecostés.

1. En el Crucifijo del Rosario, haremos la señal de la cruz, y a continuación podemos rezar el Credo o el Acto de Contrición.
2. En la siguiente cuenta, rezaremos un Padrenuestro. 
3. En las siguientes tres cuentas, rezaremos tres Avemaría.
4. En la quinta cuenta, rezaremos un Gloria.
5. A continuación, comienza lo que es propiamente el Rosario. Primero, se debe anunciar el misterio que se va a rezar, y se comienza cada misterio con un Padrenuestro, seguido de 10 Avemaría, al término de las cuales se rezará un Gloria Patri, y la oración dada por el Ángel de la Paz a los tres pastorcitos de Fátima. Ejemplo: “Primer Misterio Doloroso, La Agonía de Nuestro Señor en el Huerto – Padrenuestro, 10 Avemaría, Gloria, oración de Fátima”. Esto mismo se hará sucesivamente hasta recorrer las cinco decenas del Rosario.


Una vez terminado el rezo de los cinco Misterios, pueden rezarse distintas oraciones, las cuales son opcionales y pueden elegirse según se prefiera.

Tradicionalmente, lo que suele rezarse al término del quinto Misterio es 1 Padrenuestro, las 3 salutaciones a la Santísima Virgen María, la Salve y las Letanías Lauretanas.

ORACIONES QUE LO COMPONEN

Ahora veremos una por una las distintas oraciones que componen el Santo Rosario.

SEÑAL DE LA CRUZ
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

CREDO
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén.

PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

GLORIA 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN DE FÁTIMA
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén.

SALUTACIONES A LA VIRGEN MARÍA
1. Dios te Salve María Santísima, poderosísima Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra fe para que la ilumines. Alcánzanos, Madre nuestra, pureza en los pensamientos, llena eres de gracia…”
2. Dios te Salve María Santísima, amantísima Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra esperanza para que la alientes. Alcánzanos, Madre nuestra, pureza en las palabras, llena eres de gracia…”
3. Dios te Salve María Santísima, castísima Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos, Señora, ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestras almas para que las salves y todas nuestras necesidades para que las remedies. Alcánzanos, Madre nuestra, pureza en las obras, llena eres de gracia…”
Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa Original. Alcánzanos, Madre nuestra, la perseverancia final. No nos dejes vivir, ni mucho menos morir en pecado mortal.

SALVE 
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

LETANÍAS LAURETANAS

Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros,
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos, Cristo óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

A continuación, se responderá “ruega por nosotros”.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros.
Madre de Jesucristo, ruega por nosotros.
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre sin mancha,
Madre incorrupta,
Madre Inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina elevada al Cielo,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la paz,
Reina de nuestra familia,
Nuestra Señora de Guadalupe, 

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Recurrimos a tu asistencia Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, Virgen Gloriosa y llena de bendición.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

MISTERIOS GOZOSOS
1. La Encarnación del Hijo de Dios.
2. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
3. La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
4. La Presentación del Niño Jesús en el Templo y la Purificación de la Santísima Virgen.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.

MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Agonía de Nuestro Señor en el Huerto.
2. La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo.
3. La Coronación de espinas de Nuestro Señor Jesucristo.
4. Jesús con la Cruz a cuestas.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

MISTERIOS GLORIOSOS
1. La Triunfante Resurreción de Nuestro Señor Jesucristo.
2. La Ascensión de Jesucristo a los cielos.
3. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la Virgen María.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen como reina de cielos y tierra.